No creo que sea una coincidencia que Jesús se retirara muchas veces al desierto/montañas en soledad para orar.
Muchas de las ciudades de hoy carecen de belleza. Arquitectura, paisajismo, personas degeneradas, etc. Fealdad por todas partes.
Pero, si puedes escapar de esto y adentrarte en la naturaleza, estarás completamente rodeado por la belleza de El Señor. Los árboles, el agua, los animales, las montañas, las formaciones rocosas, el aire fresco, las vistas, las flores, la tranquilidad, incluso la arcilla bajo tus pies.
Todo signo de la obra de Dios. Todo hermoso y maravilloso a su manera. Mu
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